DUALISMO EXISTENCIAL Y DESCARADO

viernes, 14 de octubre de 2011

Un ego llamado Dragón

Generalmente vivimos las emociones sin cuestionarlas, como autómatas nos exponemos a los estímulos y estos causan un estado momentáneo que se percibe y pasa... pero las vivencias toman sentido cuando las tratamos de entender; cuando por fin tomamos consciencia de porqué afloran; por qué nos enojamos o porqué nos alegramos.
Es tan simple vivir sin cuestionarse, hasta diría que es un poco primitivo; quizá también sea un mecanismo para ahorrar energía, porque cuestionarnos cada sensación resulta tremendamente desgastante.
Hoy he sentido enojo, rabia, algo o mucho de frustración y sobre todo impotencia, impotencia de controlar mi furia, el fuego que me forma y que cuando deja de estar contenido me quema; y ese calor se siente, arde; no en el pecho; en la carne, en las visceras, en los huesos; y cuando trato de entender el porqué de su liberación descubro algo muy simple. La llave que lo mantiene preso es mi ego; ese animal salvaje, rojo, de dientes largos que escupe fuego. No en vano soy dragón, lo soy en realidad.
El animal orgulloso que vive en mí resguarda una caja de Pandora de las emociones, y si recibe una estocada se debilita, deja de cuidar la caja y se liberan todas las sensaciones; buenas o malas. Al final de cuentas soy vulnerable; susceptible a que ese guardián sea tocado en cualquiera de sus modalidades y deje salir de la caja ese fuego radiante de sensaciones que por un momento me gobiernan.
No deberían haber existencias incuestionadas ni sensaciones moderadas, porque solo ante la intensidad y el razonamiento se logra la evolución de la consciencia.
De repente comprendo... las naturalezas intensas no deben ser cuestionadas, solo vividas; si modero sus sensaciones perdería la intensidad de mi escencia, y la moderación suele ser íntima compañera de la cobardía.

Ahora bien; un ego tan susceptible es una debilidad, un talón de Aquiles; y porqué es tan frágil; quizá debería ser liberado de esas amarras. Es susceptible porque fue creado creyendo que debería ser eterna y constantemente cuidado; pero el cuido depende de otros, no de sí mismo, por lo tanto su cinética interna depende de la interacción de aquellos que le rodean , esta es su debilidad, la necesidad de otros, su urgencia de aprobación. Su fuego se mantiene vivo por las necesidades de entes externos, y si otros no le necesitan en un momento dado, se debilita... y en esa debilidad deja salir las emociones que le gobiernan. Solo cuando comprenda que su fuego es innato y autoperpetuable se dará cuenta de su fortaleza; cuando sienta su calor abrazador en sí mismo sin que tenga que ser dicho por otros se sabrá fuerte; eterno, transparente y digno; sofisticado y listo para compartir su calidez; y sin riesgo de quemar a quienes se acercan y lo tocan. Listo para amar en todos los sentidos hermosos y trascendentales que esto implica.

Crecer es auto conocerse, no solo conocer a otros, es compartir nuestro auto crecimiento con aquellos que se acercan a la llama tenue y dinámica que somos. Es necesario agradecer entonces a todo aquello que de distintas formas permite al niño oculto husmear y saborear la escencia pura que nos constituye, ya que solo a través de la experiencia crece el espíritu y se libera el ego.

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