DUALISMO EXISTENCIAL Y DESCARADO

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Toc, toc quién está detrás de la máscara?


Si observo una jovencita con uñas cortas pintadas de negro y un piercing en su labio inferior, asumo que debe ser rebelde, si embargo al gastar unos minutos mas de mi tiempo observandola me doy cuenta que no mira a los ojos a sus interlocutores y que tiene una actitud un poco jorobada, su ropa negra y abundante oculta su silueta, entonces su lenguaje corporal me dice otra cosa a la que su imagen proyecta.

El vestuario y los accesorios son una cota de maya que puede resultar bastante apta si queremos alejar a ciertos individuos, o la miel que atrae irracionalmente a los zánganos hacia la colmena.

La vista es un sentido engañoso, condicionado, influenciable, a diferencia de algunos otros que nos permiten tener mayor certeza de lo que percibimos, por esta razón, a simple vista no podemos etiquetar a la gente, aunque nos podemos dar una idea de sus gustos y afinidades. En cuanto a veracidad de parte de los sentidos, el olfato es mucho mas especializado, pero andar olfateando a la gente puede crear reacciones interesantes, y otras un poco comprometedoras.

Me gusta imaginar qué es lo que la gente realmente es, hace, piensa, cuando la veo por primera vez, sin embargo lo que vemos, siempre es un espejismo , esa imagen en el espejo de la que tanto habló Lacan, y que en definitiva tenía razón. Es simplemente el oasis creado por nuestras mentes a fin de sentirnos cómodos de acuerdo nuestras necesidades .

Cómo descubrir quiénes somos realmente, y por ende, quienes son aquellos que nos rodean, percibiendo.
La percepción no es una virtud que se halle en algún plano metafísico, es más una facultad primitiva, que al dejar de usarse se atrofió. Dice más un roce de manos, que un discurso tácticamente expuesto, dice más el silencio incómodo que los gestos y las palabras inteligentes usados con un objetivo perfectamente direccionado.

Ahora me pregunto, cómo retomar esa capacidad de percepción? qué hacer para sentir esa energía que de alguna manera es percibida mediante sensores especializados en áreas específicas de nuestro cerebro, y que siempre, de un modo neurobiológico nos dice, de a primera percepción, si esa persona con quien estamos tratando es buena o mala. Luego hablaré sobre estos conceptos desde el punto de vista filosófico, de momento, basta con su etimología.

Mi propuesta comprende dos aspectos prácticos, palpación y olfato, nunca la vista ni el oido, ya que tanto el lenguaje como la imagen son manejados por nuestros deseos y condicionados por el medio, a veces el discurso es contradictorio a lo que sentimos de un individuo, y a veces el olor que percibimos de esa persona nos agrada terriblemente aunque su conversación no cumpla los cánones que buscamos.
El ejercicio que planteo es sumamente sencillo, contacto físico, el formalismo social nos aleja de nuestro instinto antropológico, si fuesemos mas animales, probablemente acertaríamos mejor en nuestras relaciones interpersonales, si estableciesemos las relaciones mas porque nuestro instinto nos indica la idoneidad, en lugar de condicionarlas a nuestros intereses y condicionamiento social, tendríamos amigos mas amigos, y parejas mas parejas. La esencia primitiva se halla inserta a nuestros genes y por tanto nos constituye, se mezcla perfectamente con la evolución antropológica que logremos, y además nunca está mal sacar nuestro lado animal.

Quién está detrás de la máscara? toc, toc, toca un poco más.

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